Es cierto, este fin de semana estuve
en Catalunya y no hay presos políticos ni rencor en las calles. Si
el problema no es la independencia la solución no son los tribunales de justicia. Llegará la hora, moriremos, y daremos la cara a todo lo que ahora dimos la
espalda. "En España, de cada diez cabezas nueve embisten y una piensa". Antonio Machado.
Además de pagarles un pastizal en
euros nos roban y nos meten en tinglados sin salida, o con difícil
por estrecha la salida. El gran dilema de Catalunya es Mariano Rajoy
y Carlas Puigdemont, ellos y nadie más. No habrá referéndum porque
no, además porque es ilegal, habrá nuevas elecciones autonómicas y serán
plebiscitarias -ya se encargarán las minorías de que lo sean-, pero ganará el sentido común y no Carlas Puigdemont que no se
presentará, ni Mariano Rajoy que será un cadáver político y
la oposición promoverá una moción de censura o adelantará las elecciones para que eso no ocurra habida cuenta que
tampoco logrará aprobar los Presupuestos Generales y entonces, unos y otras, ciudadanos de una misma patria, con nuestras ideologías y lo que queramos poner en la
balanza de contrapeso, nos daremos cuenta que el camino ya estaba hecho
y solo tenemos que decidir si lo andamos o esperamos que lo anden nuestros hijos. Derechos y obligaciones siempre
los hubo y la convivencia no es un 50/50 ó 60/40 o lo
que cada cual entienda y quiera que debe ser para ejercer el derecho a decidir por una mayoría silenciosa que no sabe. O sí sabe y calla porque el problema además de político es financiero. En Catalunya, como en el resto del
Estado, la nevera está vacía. Otros políticos vendrán y nos ofrecerán condiciones de vida adecuada a nuestras necesidades y saldremos de este enroque. No nos podemos dejar manipular por cuatro maleantes. Hermanos todos, primos ninguno. Gracias.
Muy agudo ...
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