A oscuras tropecé con una pelota y un
coche sin ruedas y las consecuencias despertaron la torpeza de los
sentidos que motiva el sueño y entonces me di cuenta que soy un
güelu distraído con sus obligaciones y corrí a acompañar a Ian a
la escuela pero se había ido. No era tarde de reloj, pero otros
asuntos obligaron a Patricia a madrugar. A veces no vale con darse
cuenta tarde de las cosas y pedir perdón; a veces hay que darse
cuenta de las cosas antes de que ocurran para no perder una risa, un beso, otra lágrima de despedida y ser más feliz. ¿A
quién importa el perdón?
Como a un aprendiz enamorado se le va la tarde a mí se me fue la
hora de acompañar a Ian a la escuela y no valen las disculpas: quien se quedó sin la alegría de la mañana fui yo. Ojalá y que otro descuido no me impida acompañar a Ian a la salida de la escuela y
la alegría sea doble, (Patricia está avisada). Lo que deseo y
quiero está a mi alcance y ni con esas. Sabias y bellas palabras
recoge la RAE y ni con esas. Cada día son más tristes las palabras. Torpe de entendederas me pregunta quien habla: ¿Qué prefieres? Y ni con esas. El problema no
son los años. Gracias.
El problema no son los años, no, son los errores. Es humano cometerlos. Aprendemos de ellos.
ResponderEliminarUn saludo
Es algo así.
ResponderEliminarMañana seguro tendré buenas noticias y todo volverá a ser como antes. Así lo espero. Gracias. Beso.
Salud.
Te deseo lo mejor.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias. Beso.
ResponderEliminarSalud.
Ufff no hay peor dolor que golpearse el dedo chico del pie y estando descalzo, con un mueble al paso...
ResponderEliminarSaludos!!
Aprenderemos juntos. Pero sí, duele, y mucho. Gracias.
ResponderEliminarSalud.
Interesante ...
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