viernes, 15 de diciembre de 2023

Militante agnóstico.

A pesar de que me he declarado agnóstico, no he conseguido deshacerme de las angustiosas celebraciones navideñas que, como cada año, me llevan al borde del colapso. Conste que hoy en día una declaración de agnosticismo es un derecho que la mayoría respeta. Lo he comprobado: cuando se inicia una conversación y deriva hacia el asunto y estoy presente, me voy haciendo un elocuente silencio de militante agnóstico. La gente lo entiende, o no sabían de mí y ya van sabiendo, sea como sea, agradezco la deferencia. El acoso navideño estos días es de una naturaleza tan implacable que uno se puede enterrar en las arenas del desierto que aparece el cartero con una tarjeta de "Feliz Navidad". Y cuidado con los regalos de donde "lo que importa es la intención". Estoy convencido de que la repartidera de regalos ha causado más desprecios que el conflicto amargo que mantengo con "la que no debe ser nombrada", según Harry Potter. Nunca supe de qué iba su juego sin normas (entre iguales, sin normas). Las penas y las tristezas, y en particular las ausencias, se agravan en Navidad. En fin, allá cada cual, yo prefiero perderme en Les Seniaes. (Quién lleve el desorden de estos días, que me excluya de la Navidad). Gracias.

2 comentarios:

  1. Claaaro! ya sabía yo que tenías que tener algún fallo ¡no te gusta la Navidad! cachis! pero a ver, un súper abuelo como tú no me digas que no disfrutas viendo las caritas de los niños, con tanta luz, tanto adorno y tanto belén jajaja y no, no, no.. lo que importa de los regalos de estas fechas no es la intención, para nada! lo que importa es el cariño que le pongas y eso se nota a la legua.. pero nada, tranquilo, te tachamos de la lista jajaja Beso grande y feliz finde entren plantas “verdes”, no te me vayas a quedar en el rellano del ascensor : )

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  2. Ay, María, es cierto que estas fiestas me atarantan. No me gustan. Gracias. Beso grande. Y buen finde.

    Salud.

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