Lo que somos interiormente hace asomo cuando un serio incidente nos pone a prueba, y así como la sombra nos resalta un perfil, nuestra actitud, ante tal incidente, nos revela quién somos. Un incidente a veces nos sorprende y sale a la luz nuestro verdadero yo, quizá el peor yo y la liamos parda. Casi feliz, andaba uno esta mañana ahora que los años me dejan observar a quienes siempre andan tras el interés porcentual, el vulgar cambio de chaqueta que convierte el escenario político en una réplica lamentable de tanto tienes tanto vales... y para mayor dolor todo se compra y se vende. Triste realidad en la que nos fuimos metiendo solos con el orgullo impoluto y los adversarios derrotados. Y todo agravado por la cada vez mayor ausencia de principios y valores. Lo tengo escrito por ahí: "estoy harto de tener razón y perder". Nuestra desigual democracia se está deteriorando porque sus excelencias no paran de agitar el curso de sus propios intereses; cada vez con menos demanda de ideas y mayores ofertas. No se engañen, son lo que dan de sí, tal vez lo que nos merecemos por lo que nunca serán. ¡Están en oferta, oiga, como otras veces elijan a su excelencia a precio de costo!. Lo barato, sale caro. (Borges temía a los espejos de la misma forma que quienes miran al pasado buscando una respuesta sobre el futuro: están fuera del presente). Gracias.
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