"El sueño profundo tan solo dura veinte minutos, sin embargo, el ensueño de amor dura mientras el querer que lo alimenta no se extinga". No nos sentimos tan bien ponderados por nuestra colindancia como nos gustaría, o como para esperar que nos den el protagonismo en su vida que creemos merecer. Nos acostumbran a que nos lo pongan en bandeja de plata y la vida no es gratis: la vida es dar y recibir. ¿Si tú no me das, qué te hace pensar que yo debo darte a ti? No te enojes, ocurre que me hice mayor de repente y no me siento capaz de seguir el ritmo que impone la vida suicida que vives. He de aceptar que no puedo ser el que fui, y que ya el éxito se mueve en paralelo a mí. Pero y qué lástima: de todo tenía un poco, menos tiempo, y de tanto darme largas, he perdido hasta las ganas de verte. No ¿supiste? marcar los tiempos y se te ha ido de las manos... (Ni te imaginas lo mucho que deseé vivir un día cualquiera contigo... Y no volviste). En realidad nunca supe cuáles eran tus intenciones... Sabré desenamorarme de ti. (Esto se llama puerta, está abierta, y te animo a que la cruces). Gracias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario