Quiero saber: Me interesa saber por qué en el lavadero municipal ponen precio a mis sentimientos. Mis informadoras son de fiabilidad probada, no así mi memoria. Y torné a mi vida de por aquel entonces y pregunté a unas y otros y me hablaron del estrabismo de una mujer. La mujer me miró, y de los dos que vio, se quedó con el peor. Recuerdo a la mujer y el estrabismo y aún hoy, no me entra en la cabeza por qué, conociéndome como me conocía, se quedó con el peor de los dos. Ni un ciego a tientas, mala persona por añadidura se confundiría. El problema de aquella mujer no fue el estrabismo, el problema fue no aceptar la realidad de los hechos desde el principio. Confundió la verdad con la mentira, y peor, el amor con la bolsa de los valores. Si al principio no te atreves a contar la verdad, después no sabes cómo. Permitir que el tiempo convierta el amor en algo residual no sana heridas. Una mujer con estrabismo si quisiera hacer confluir los dos ejes visuales de su mirada en una figura... (Es cuestión de distancia: te acercas y te acercas hasta llegar al abrazo. ¿Comprendes? Como aquel día). Gracias.
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