El martes volví a mi mundo para escribir sin ruido. Y el miércoles y el jueves y el viernes, en los medios leo que sigue siendo noticia a destacar la violencia de género, la violencia en las escuelas, la discriminación... suicidios. Es un sinvivir. Si no fuera porque presiento que alguien me quiere conocer y tengo que estar aquí o allí, donde nadie nos vea (amor, me estoy yendo y creo que ya no sabría qué decirte), volvería a mi mundo. A veces me gustaría saberlo todo sin pensar que saberlo todo sería devastador para mi mente. (A veces no he querido saber, pero he sabido quién tuvo un sueño y lo cedió). Llenaré la cabeza de justicia poética, y la imaginación será la estrella en la obra de mi vida. Si algo no lo imagino, no es relevante... Lo imagino y es relevante y lo escribo para que se haga realidad. Pero un presentimiento es un presentimiento y alguien aún rinde culto al envanecimiento. Salir de casa, salir en busca de un abrazo de corazón del que poder escribir pudiera considerarse tiempo desperdiciado. (Sanar el cuerpo, sanar el alma, sanar para seguir adelante y vivir días con renovadas esperanzas). Gracias.
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