"Estaba yo convencido de que los demagogos hacen bien en temer el poder de la poesía. No destruye ciudades, pero crea una rebeldía íntima contra las mentiras, las represiones, las injusticias que ensucian el mundo. Andaba ya descubriendo que es mejor ponerse de parte de los que aman que de los que odian, cerca de los que sufren y con los ojos y los oídos abiertos a las palabras de Rosalía de Castro, Juan Ramón Jiménez o campesinos de los campos andaluces". (Luis García Montero).
Estaba yo convencido de que dormía en la noche desvelada cuando, por hache o por be, sonó la alarma que la poesía tiene dispuesta para que los demagogos se tengan miedo. Me cuentan que siguen ahí metiendo la pata que tendrán que sacar si quieren sobrevivir. Ya urge espabilar la modorra de los distraídos para que no se estampen contra un muro. Los demagogos piensan que ganan influencias con discursos agitando al vulgo. (Abramos el corazón y situémonos de parte de los que aman y no de los que odian, cerca de los que sufren y con los ojos y los oídos abiertos a las palabras del poeta Montero). Gracias.
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