Hoy amanecí decidido a ir en busca del no sé por qué y enfrentar al doloso pasado. Quiero romper el silencio engañoso del pasado. Quien nunca amó no comprenderá por qué el amor justifica el miedo. Tengo miedo. Amor, somos dos caras de una misma moneda: la aceptación del fracaso y revivir a partir de un sueño. Quiero encontrarnos por casualidad -como la última vez-, abrazarte, y en un descuido darte un beso, luego tomar café y hablar de cómo sanar las heridas. Miedo me da pensar que me estás dando largas... Me obligarás a proponerte que me quieras a morir, con embeleso, o me dejes ir. Quizá tengan razón los que aseguran que la vida solo se entiende mirando hacia atrás, pero hay que vivirla mirando hacia delante. Si bien la memoria nos da herramientas con las que vivir aquí y ahora. No es tiempo para dejar pasar las oportunidades. La vida es un incesante volver a empezar... Vale la memoria, pero no la morriña. Amor, si no me estás dando largas y eres sincera: ¿A qué esperas sabiendo como sabes que me estás haciendo tanto daño? (No me pidas que me vaya. Ni me dejes ir). Gracias.
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