lunes, 19 de septiembre de 2022

Desconexión.

Hoy se levantó de la cama el encargado de la basura (quiso, pero le dio un telele y volvió a la cama), tantas olas de calor lo dejaron chiflado de la cabeza. Un verano de enojos crecidos le provocó ansiedad y esta somatizó su cuerpo y la rebosa por los ojos. A este buen hombre le subió el corazón a la cabeza de tanto esperar por un tiempo templado para salir de esta y el tiempo no llegó y no salió. Independiente, no necesitó de nadie para resolver su carecer de casi todo. Se asoma al porvenir y tiene miedo. En breve, llegará el equinoccio de otoño con el debido ritual por el nacimiento de nada nada, ante el alucine y la miseria mental. Su deteriorada salud le llegó por la vía de la indiferencia y el silencio y se siente inundado de una copiosa descarga del cloruro de sodio disuelto en agua de lluvia proveniente de sus ojos. No sabe qué hacer y los médicos tampoco. Triste, muy triste, que a estas alturas de la vida, viejo y decrépito, tenga que emanciparse y cambiar el estado de cautivo del amor en el que hasta ahora se extasiaba, por el de enfrentarse al olvido de sí mismo y llevar el duelo como pueda. Gracias.

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