Por eso de que el mejor aliado de la verdad es el tiempo. Por eso de que la mentira tiene las piernas cortas. Por eso de que la dama que no me deja ir afirma que la psiquiatría ordena los obstáculos psicológicos que se interponen en el camino hacia lo que buscamos, y, cuando considera que los tiene acorralados, los asesina... (Como si fuera martes y trece). ¿Y qué si nos queremos más como nos aconseja el Padre Ángel? No hablo de amor, sino de la verdad, la mentira y yo qué sé. Esa verdad es otra mentira. Uy, pues tampoco lo sabía. Entonces dar en loco era mi único propósito. Como si dona viviera me consuela el amor. Un trauma, aunque se supere, como la peor decepción, te acompaña toda la vida. No debemos utilizar la pasión de ánimo para llamar la atención. Ni pensar que sincerarnos sería igual que arrodillarse. O perder poder negociador. Nada nos enseñó tanto dolor. Antes, cuando más avanzábamos en los ejemplos surgían discursos reaccionarios, ahora, además, esos mismos discursos surgen en el amor... (El inmovilismo no pinta nada. Harto de conveniencias, vuelvo a mi mundo). Gracias.
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