Un sociópata calculador, altamente funcional y muy bien integrado, confiesa: La enfermedad mental hay que construirla. No es loco el que quiere, sino el que puede. Y a lo tonto asoma una pregunta: ¿Qué sientes cuando te dejan y te dicen: "No sé si me sirves para algo"? (¡Uy!). Te dejan y te dicen: "No sé si me sirves para algo, no sé si algún día me servirás. Ni siquiera sé por qué te quiero tanto tanto". Te sientes manipulado. ¿Verdad que sí? Entre la niebla de un mar y sus brumas estás tú y el abandono. Sin embargo, nadie puede obligarte a sentir el abandono en un mar, ni seguir siendo víctima de sus caprichos. Ahora bien, si tiene razón y no sirves para algo, debes asumir que te deje con la cara de que te vaya bonito. O cuando sepa lo que quiere, consentir que te elija por nostalgia, porque te quiere tanto tanto, o porque se dio cuenta de que no tiene otra.
Y en este punto y aparte me entero de que me eligió por mi cara de pocos amigos (no vuelvas, prefiero esperarte). La María sabe que no me asusta recordar cosas que no ocurrieron ni ocurrirán... Cuando muera asumiré mis culpas y amén. Gracias.
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