miércoles, 25 de mayo de 2022

Un güelu ye un güelu.

Me cuenta Patricia que en el colegio de Ian, y en clase de todo un poco, debatían acerca de la sabiduría que encierran los libros. La sor maestra era partidaria de la Biblia como respuesta para todo y el reino de los cielos en la contraportada para vivir la eternidad; sin embargo, ellos eran más de series televisivas con dinosaurios que vuelan y niños con superpoderes y en ese plan de fantasía. Quizá Patricia tergiversó la respuesta o yo la entendí a mi manera, pero soy güelu y un güelu ye un güelu. Les dejo con la respuesta al saber de los libros que Ian le dio a la sor maestra: "mi güelu sabe más que un libro y más que gugle". ¿Qué les pareció? Y yo, como esos locos apasionados por el fútbol que ven de blanco vestido a Kylian Mbappé: "¡Cómo no te voy a querer!". Por favor, hagan que la cordura cuente, abran la mente y pónganse en mi lugar, no digan que este hombre dio en loco y Dios mío ver para creer... "¿Dónde está la utilidad de nuestras utilidades? Volvamos a la verdad: vanidad de vanidades". (Antonio Machado). Recuerden que existe una gran diferencia entre un güelu y un político. Gracias.

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