viernes, 20 de mayo de 2022

Recuerdos.

Tengo escrito por ahí que hay recuerdos que son latidos de corazón, y que son la consecuencia de momentos maravillosos vividos con la esperanza de compartir sueños capaces de encadenar una existencia invencible. También tengo escrito que estar convencido de que algo bueno pueda suceder sucede y lleva lejos. Un amor colindante eleva a la categoría de latidos de corazón de unos ojos la mirada. Fueron momentos fantásticos que se recuerdan mientras intentamos ser mejores. Pero sucede que no somos dueños de nuestros sentimientos al cien por cien por ser compartidos. Hay sentimientos doblegados que acaban rendidos o sepultados por otros sentimientos. Tengo escrito, o escribo, que por cada recuerdo que recordamos hay cientos que se escapan con el olvido y no encuentran camino. Y entonces pregunto: ¿Por qué sin solicitarlo nos llega a la memoria recuerdos y recordamos? Recuerdo la mirada de unos ojos de color negro azabache clavada en mi corazón con una esperanza. (Recuerdo aquella mirada, los ojos y la esperanza, pero no recuerdo quién la clavó en mi corazón). Gracias.

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