Como soy padre y no madre. Como estoy jubilado y no trabajo. Porque no consigo una noche que encuentre un día que me guste vivir. Ayer, día del trabajador y de la madre, volví a Les Seniaes a gritar y llorar (a mi esposa una hija no la felicitó. Y la disculpó. Mi esposa es una Carmen bella de las que existen y a la que todos y todas deberíamos aspirar a tener cerca. Pero yo no soy una Carmen bella, y no disculpo ni a Dios por tanto fallido experimento. Ni disculpo olvidos, ni palabras de ánimo, ni promesas, ni enhorabuenas, ni un te quiero sin respuesta, aunque no guardo rencor pues no sé ni quiero aprender. Grité y lloré en Les Seniaes y de regreso a casa pensé en leer prensa. Dense cuenta ustedes si estaba desesperado, después de haber gritado y llorado tanto, que pensé en leer prensa un día tan despejado como el de ayer con todas sus horas nubladas. (Joder, dona, cómo te echo de menos). Y a pesar de que en mi vida siempre hice valer poemas sin aceptar chantajes... Aquí me viene a la cabeza una amiga ida aficionada a las frases hechas que diría: "la solución está en uno mismo". Y me forzaría a contestar con la cara de los entierros: "pero uno mismo está escaso de uno mismo". En fin, ya en casa, abrí el diario por la página de decesos y leí: "Financié la factura de luz en varios meses, no llegaba". Y volví a Les Seniaes y sigo allí. Gracias.
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