"Toda resistencia a la privatización del mundo es anatematizada. Quien ponga en peligro la riqueza excepcional de los ricos se sitúa ipso facto fuera del mundo civilizado. La ideología neoliberal colma de sosiego a los más pudientes". (Jean Ziegler).
A veces me pregunto a qué tanto meterme con los bancos y las eléctricas y las gasolineras y las políticas neoliberales (y los ricos más ricos y los pobres más pobres). La discriminación y el maltrato deshumaniza. Hubo un tiempo que se podía llegar a fin de mes con un trabajo remunerado a jornada completa, salud y suerte. Y el compañerismo que no faltó. Me pregunto y tal vez ustedes se pregunten, aunque sabemos que las políticas neoliberales son dueñas del miedo invisible, del terror que mina los valores de la sociedad. Sin gana, los políticos se dejan guiar por el Espíritu Santo. (Las culpas de otros son). Creo en el amor, en los fantásticos finales de las fábulas infantiles, pero tengo miedo a lo que pueda suceder mañana... Desde mi habitación oigo una súplica callejera. O, quizá, un eco atacado de convulsiones por tanta afrenta y tanta ignominia. Gracias.
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