"Los autores han dicho siempre en sus prólogos y se lo han llegado a creer ellos mismos, que escriben para el público; no sería malo que se desengañasen de este error. Los no leídos y los silbados escriben evidentemente para sí; los aplaudidos y celebrados escriben por su interés, alguna vez por su gloria; pero siempre para sí". (Mariano José de Larra). Es cierto, yo escribo para mí, para conocerme mejor y aprender. Escribo, y a riesgo de equivocarme, no soy autor, aunque dejo huella si en un descuido alguien entra en de soslayo y me lee y vuelve. De lo demás no tengo que desengañarme, leo y no soy leído, pero nunca me silbaron. Bueno, por un tiempo me insultaron si es lo mismo, pero por alguna razón desconocida los insultos cesaron y ahora solo me desprecian. (La vida de los enamorados con sus desconfianzas a cuestas). Y no consentí aplausos ni escribo por mi gloria. En resumen, leo y escribo. Aunque no me conformo, aspiro a más y salgo de mi cabeza en busca de sinceridad y regreso con el alma rota y el corazón en un puño. Un viernes trece de mercado las disculpas cotizan al alza y el tiempo pasa y el luto rinde culto. Hacer de las apariencias algo real es irresponsable. (A veces no escribo para mí). Gracias.
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