Entre mi ordenador que me ordena escribir y el miedo a salir de casa se me va la vida... ¿Qué hora es? Fue la pregunta que me hizo mi esposa al verme escribir en la noche oscura a oscuras: -No sé. -No tardes. -No. Y seguí escribiendo el día. El día que hoy escribo no me gusta, tiene que ver con el poder envenenado que silencia la sana convivencia. Días como el de hoy me enferman. Pero escribir me sana. Y como no puedo evitar que haya días con poder envenenado escribo. ¿Dejará algún día de haber poder envenenado? Lo dije ayer: "aprovechar las oportunidades y prescindir de las ventajas". Reír, ¿y reírnos? sin desperdiciar un día. Y no seremos ajenos a la santa poesía y regresaremos al amor respetando la ley cortando cabezas. Aún es primavera y las mariposas siempre vuelan libres y nos llevan a librarnos de los miserables y sus miserias. ¿Y tú? Y yo también prescindiré de mi ordenador que me ordena y no tendré miedo a salir de casa, y, aunque las meteduras de pata de banco que halle intenten confundirme y llegue, incluso, a morder la conspiración, no dudaré. Jamás me rendiré. Gracias.
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