jueves, 14 de mayo de 2020

Una amiga peluquera.

No les hablé de una amiga peluquera. Tengo una amiga peluquera y es un cielo, pero tiene dos defectos: es mujer y vota a ese partido de las tres letras. Pero ella a lo suyo que es la peluquería y yo a la mío que es quererla y respetar sus opiniones. Hoy la traigo a de soslayo porque sino el 49% será el 51% y que ya lo decía ella que Sánchez le iba a cerrar la peluquería y está que la lleva Dios y su María. Y a más: una ayudante que tiene en situación de ERTE la tendrá que llevar al desempleo. Culpable: "el ministro de los coronavirus". Llegó el lunes y ah, el martes, y el miércoles sacó a su ayudante del ERTE porque el teléfono ardía por tanta cita previa. No recuerda otra cosa parecida y, como yo, ronda los treinta y muy pocos. Si tenemos que afrontar el hecho de que un día nos vamos a morir, por la cuenta que nos tiene, aprendamos a vivir sin disculpas con la nueva normalidad. Una vida llevamos hablando de salud, negando la verdad, y así no salimos del agujero... ¿Comprenden? (Mi amiga la peluquera, ahora que abrió la mente y perdió sus miedos, está valorando seriamente votar al PSOE). Gracias.

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