Un tuit, tuit, tuit y tuit en una red social atarantó a mi esposa y ahora está pero no vino. Un tuit importa más que un decir a la cara que incite una duda razonable que lleve a una conclusión. Un tuit importa más que un poema y una mirada de soslayo. Y luego están los seguidores de aplauso fácil. No sobreviremos a las redes sociales ni a la nueva normalidad... Si les queda distraído un giño o un gesto de la vieja normalidad desháganse de ellos y vayan abriendo la puerta a la nueva normalidad y al teletrabajo que han venido para quedarse. Como sindicalista que fui queda por saber si el seguro de accidentes laborales correrá a cargo del empresario o del trabajador pues de fijo ya sé que la jornada laboral será de tres horas y trabajarán ocho como poco. Cuando los trabajadores de la misma empresa se conozcan en el infierno sabrán que todos acabaron igual. Y si aparece un inspector de trabajo sin orden judicial que vuelva mañana y ya traen a los niños de casa de la güela que el güelu murió. (Digan sí al teletrabajo, contraten un seguro de accidentes laborales para el hogar y no le den más vueltas). Gracias.
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