miércoles, 13 de mayo de 2020

Aquí no se salva ni Dios.

Sin sentido común no habrá nueva normalidad. Si en realidad hemos pasado el pico de la pandemia y con ella el desespero de los sanitarios, es tiempo de la ciencia y la vacuna. Y de los que más saben y nunca pasa nada: la sociedad y el rebrote.

"Todos estamos pensando en reactivar nuestra economía, todos estamos pensando en salir de esta crisis, pero lo primero en lo que tenemos que pensar todos es en la salud de nuestros ciudadanos y eso tiene que ser absolutamente prioritario". (Clara Luquero, alcaldesa de Segovia, en El País). Y Ximo Puig, presidente de la Generalidad Valenciana, en "Radio Patio", como mi suegra, denuncia que el Gobierno cambió los criterios cuando ya había enviado el informe para pasar de fase y no tuvieron tiempo de ajustarse. Y entonces yo, como Aznar, ojalá que me insultaran los hijos de Chaves (y me quisiera Clara Luquero) o me matara el camión de la gaseosa. Pudiendo ser como Clara Luquero... Pudiendo cantar alegrías, que bastante dolorosa es la vida, ¿qué ganamos cantando desprecios? Y las plañideras no dan abasto con tanta lágrima en los medios de comunicación. Lo dijo Eduardo Galeano: "La realidad imita a la tele". Y de la tele, Canal Nou, y de Canal Nou, "Tómbola". Que igual ya ni una ni otra existen. (Ni la voz de la esperanza, ni el murmullo del amor... Aquí no se salva ni Dios). Gracias.

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