Fátima Báñez: "Las pensiones han doblado su poder adquisitivo". (Agencias). Cada uno a lo suyo. Con el perdón.
Mariano Rajoy tiene ideas estupendas, y salidas de pata de banco dignas de Ian, pero no sabe cómo aplicarlas. Por cierto, Próspero se llamaba el panadero que nos traía el pan a casa. Próspero antes era un nombre propio corriente, hoy no, y no me viene a la memoria un Próspero panadero, político, alcaldesa, juez, periodista, o ya me vale. No me viene. Pero vale para desear "próspero año". Yo no imagino "mariano año". ¿Verdad que no? Pues mis informadoras me han dicho que piensa quedarse cuatro años más en la Moncloa. Como se lo cuento, oiga. Una tragedia, lo sé.
Ayer mi esposa y yo (cariño. Sí cariño), tuvimos una conversación respecto al futuro que nos espera en 2017 y pasé miedo. No hablo de amor sino de convivencia: mi esposa no me soporta, como Elvira a Mariano, según Rajoy. Pasé la Nochevieja entre la inquietud y la zozobra hasta que amaneció. Confieso que temí por mi vida. Sin embargo, hoy, mi esposa, después de leer los diarios me confirma que seguiremos juntos al menos otro año (en los años altos, mi matrimonio y lo que conlleva: mis hijas, Ian, ay, depende del poder adquisitivo de mi pensión). Pero hay más, con la confirmación por parte de Fátima Báñez de que las pensiones han doblado su poder adquisitivo y que a partir de ahora será jauja llegar a fin de mes, apareció Patricia y con ella una pregunta: ¿Merecerá la pena, a pesar de doblar el poder adquisitivo de su pensión, aguantarlo en 2017 como lo aguantamos así de cansino en 2016?
Qué triste reconocer que en los años altos de la vida se pende de un hilo. Daría lo que no tengo porque Susana Díaz, como al PSOE: "no hilvanar" el partido sino "coser fuerte" de manera que una vez cosido, "ya no haya quien abra las costuras". No imagino qué sería de mi vida si pierdo el poder adquisitivo de mi pensión y nadie me quiera. Yo que di todo por nada. Joder, dona, cómo te echo de menos. Gracias... (de nada).
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