martes, 3 de enero de 2017

Desconcierto.

Vivimos horas bajas. Más que horas son días, semanas, meses, años: son tiempos difíciles y no levantamos cabeza. Un año 17, como otro año cualquiera, no se dejará si no lo animamos. Y primero debemos saber quiénes somos y lo que queremos hacer con él. Y no valen los buenos propósitos a partir de enero (menos lobos Caperucita). Valen los hechos y sobran las apariencias. No valen los arrebatos, los resentimientos mezclados con gotas de enojo, la pasión politiquera. Ansia de poder. ¿Qué tendrá la política que genera expectativas en gente escasa de honradez? Mucho poder, más poder y mucho poderosos. Hasta más no poder. Supongo que también tenga que ver la llave del Erario.

El desorden mental se alimenta en los mentideros de jactancia y aplauso fácil. En el país de los absurdos, uno llega a conclusión que el desconcierto es total. Y el vacío existencial. Mente dividida, fragmentada, que crece en la orfandad absoluta. Todo es mentira, nada es amor. Alguien tiene un serio problema de soledad que cauteriza los sentimientos que otrora fueron valores familiares. Digo valores familiares y digo valores humanos. Solo Flor de María cumplirá su promesa de que todas las madrugadas serán buenas madrugadas en el 17. Que así sea.

Consciente de que el olvido no encuentra camino, hay otras fortalezas que debiéramos considerar, aunque apaguen amores y renuncien a la esperanza de volver. Hablo de vivir con la conciencia tranquila. En la era del conocimiento buscamos respuestas a bote pronto sobre temas que tienen que ver con la existencia del humano ser y nadie sabe o no contestan. Perder no es malo si aprendemos de nuestros horrores, a pesar de que nos hagan morder el polvo y su sabor sea amargo. Desmenuzo el tiempo y creo que nunca fuimos tan pobres de espíritu y soberbios de corazón. Gracias... (de nada).

8 comentarios:

  1. Hagamos -con todo y la desesperanza de los noticieros restregàmdonos en la cara la miseria en la que nos ubican- de este un buen día.

    Para ti ya pasó la madrugada. Yo vengo saliendo de ella. Ea pues que no se diga que falto a mi palabra -de lo bueno que aún conservo según yo- y demosle al día la primera sonrisa de la mañana.

    Aquí vengo de soslayo, tarde pero llego.


    Buenas...

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  2. Muy buenos...

    Gracias por asomarte y entre los descuidos de la cotidianeidad. Nunca es tarde. Gracias.

    Salud.

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  3. ¡Estás ahí! ¡Formidable! Hace mucho no "hablaba" contigo.

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  4. Pues no te emociones que ya sabes que a mí eso de platicar...

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  5. Que pases un día feliz y muy feliz. Beso.

    Salud.

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  6. lo que no se llevó el mono de fuego, se llevara el gallo dicen
    acá en Chile no iniciamos bien Valparaiso, ciudad puerto, se quema y la autoridad recién despierta...

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  7. Lo he leído en los medios: una verdadera tragedia. Lo siento. Gracias.

    Salud.

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