martes, 24 de enero de 2017

Esfuerzo intelectual.

Y sigo, pero no porque el frío y la lluvia y Les Seniaes estén embarradas y como en casa ni hablar, ni mucho menos, sigo porque la constancia es virtud si el fin es fundamental. Y el interés justifica el esfuerzo. Nuestro Señor nos anima a encarar el nuevo día con nuevas esperanzas. Pero si por un aquel hay otras esperanzas que fueron compromiso y están pendientes hay que llevarlas a buen puerto. Escribir el día que me gusta vivir es una gracia, y más en tiempos de fe. Que el hábito no se pierda. El hábito de escribir el día que me gusta vivir no lo perderé. El reto que impongo al día. Cada día, con las buenas madrugadas echo cuentas y las cosas no están del todo claras, y entonces aparece el desconsuelo entre las brisas de un mar y sus brumas. Y de nuevo me encuentro con la miseria que lo alimenta: una mujer mortaja de apetito desordenado con carácter híbrido que se la considera fuego para la verdad. (Miedo se da).

Supongo que el objetivo de todo escritor es captar y atraer la atención del lector. No tanto compartir el mensaje y los conceptos que puedan converger en un mismo texto absurdo, como lo es mi mente absurda. En de soslayo todas las ideas son bienvenidas, principalmente las que no tienen pies ni cabeza. Las ideas de los que dudan. Las ideas de los que sufren en silencio y tienen miedo. Ellos y ellas no esperan alabanzas, simplemente quieren manifestar su verdad que no entra en contradicción con otras verdades. "Libertad de expresión". Consideración colindante. A un colindante le brillan sus ojos de cristal. La vida sería genial si fuéramos más tolerantes, o simplemente tolerantes, especialmente con los sentimientos del humano ser. La vida sería mejor que genial, sería vida si aprendiéramos de nuestros errores. Gracias... (de nada).

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