Tú y yo somos conocidas. Por si aún no te ha quedado claro la explicación de ayer, al margen de la relación que mantengas con mi esposo, amigo del alma por muchos años, de confidencias en la noche si queréis, conmigo no cuentes, y créeme, no me apetece pasar de estadio, de conocidas a amigas, quiero decir. No te molestes en apelar a otros tiempos y otros amores que, sino excluidos, fueron dejados a su suerte. Y ahora afirmas que mi esposo está loco. ¿Y? Lo estaba y lo está cuando lo saco de la tinaja donde lo conservo con formol. ¿Pero y a quién importa? Mi esposo me enseñó que intentar hacer la misma cosa una y otra vez no tiene como fin esperar resultados diferentes, sino saber cuáles son las intenciones de las personas y si se puede confiar en ellas ... Demasiadas decepciones. En fin, me dice que quiere dedicarte unas palabras. Que seas feliz.
Cuando todo se mueve tan rápido me pregunto: ¿Es el mundo o soy yo el que se mueve tan rápido? Y una pregunta lleva a otra: ¿Llegaré a tiempo? Las dudas nada me aportan y regreso a mi tinaja con formol y sin respuestas confiado que nadie hará de mí un tipo vulgar ... (Gente hay que abandona lo que ama y no tarda en darse cuenta lo mucho que duele). Gracias.
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