domingo, 17 de octubre de 2021

Niña Alexia. (El trance viene de atrás).

¿Existe la enemistad? ¿En defensa de qué cínicos intereses? La angustia ha devenido en una pena con llanto y la tristeza lo alcanzó, y ya más dolor no cabe en mi cabeza. Intentaré explicarme: Esta semana fueron las "no fiestas" en el pueblo de Patricia y claro, tampoco salí de casa; cuanto menos tenía la disculpa del ruido y tanto ruido. Pero mi esposa, ay, mi esposa. Y salimos a cenar al bar con unos de sus conocidos. (Si leyera este de soslayo la dama del síndrome de la interacción nula arrojaría la bata blanca y cogería la negra y se metería a monja). El trance no me esperaba en el bar con la "amena" tertulia, el trance apareció a escasos metros de casa cuando unos ojos con luz de vida se desvincularon de un grupo de jóvenes y a mi altura clavaron su mirada en mi corazón ... Niña Alexia, la niña que hace años me enamoró y fin. El humano ser prejuzga sobre la base de bastardas interpretaciones y no va más allá. Maldito equilibrio moral que no atiende a razones de humana necesidad. Ojalá el amor estuviera anudado a la confianza ciega y fuera cuestión de vida. (Disculpen la nostalgia). Gracias.

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