miércoles, 6 de octubre de 2021

Narcisismo fatuo.

Una paranoia que no se deja convencer, y confirmado el síndrome de la interacción nula, me llevan de cabeza al desorden. Necesito orden en mi vida y no desorden. Cada cosa en su sitio. Por un decir: perder las llaves de casa y casa patas arriba. Y si no las encuentro, entonces, mátame camión. No tengo remedio, además, y sobre todo, al vivir la edad de la autoestima y los consejos, no me seducen las oportunidades que nunca fueron, son, ni serán ... Creo que mi autoestima espera que me doctore por mi cuenta, como Pedro Sánchez. Ya amanecerá algún día. Trataré, puesto que no puedo evitar lo fatal que me espera, que no me afecte de manera tan angustiosa como me afecta cuando veo acercarse algo malo. De este miércoles, lo peor será la muerte celebrando la vida: somos mendigos del dolor ajeno. Imagino que levantarse una vez más de las que se cae es la experiencia más empoderadora que existe ... Intentaré levantarme. (Era un regreso tan deseado como el sol lo es al alba, como si volviera la primavera en plena floración del azahar a un otoño sin poesía ... Más dolor ya no cabe). Gracias.

No hay comentarios:

Publicar un comentario