Hoy es domingo, y en misa el cura me dio qué pensar con el Salmo 34:9: "Los que le temen tendrán todo lo que necesitan". Era cosa de temer a Dios. De guaje los domingos iba al cine, pero en el pueblo de Patricia no hay cine y voy a misa. Ay, no sé, quizá tengo vivencias sin resolver y de cuando en vez algo me obliga a echar la vista dentro y no me gusta lo que veo: la cabeza en una jaula de grillos y las vivencias desparramadas. Antes tenía un relicario de amor donde guardaba mis mejores vivencias, pero la dama del síndrome de la interacción nula cuando le añadió a mi historial médico su síndrome -dice-, en un descuido lo extravió. El descalabro social que vivimos consiguió que fuera más necesario que siempre los manicomios y las damas de unos y otras. Joder, dona, mira ya dónde estoy: un domingo de ir a misa solo quería cantar que soy de los que le temen, pero por miedo al rechazo, no por perder lo que nunca tuve ni deseo. (¿Y tú? No soy un lameculos y la aquiescencia no va con mi carácter. (La ley del hombre obliga a denunciar los peores comportamientos, y la de Dios a perdonar). Gracias.
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