"Triste cosa es no tener amigos, pero más triste debe ser no tener enemigos, porque quien enemigos no tenga señal de que no tiene talento que haga sombra, ni valor que le teman, ni honra que le murmuren, ni bienes que le codicien ni cosa buena que le envidien". (Baltasar Gracián). Al paso de los años y en plan paciente, aparecerá el refranero popular y una sentencia:
"Siéntate pacientemente junto al río y verás pasar el cadáver de tu enemigo flotando". La vida es una continua decepción ... Y qué le vamos a hacer ... (¿Esperar un resultado diferente? Qué locura es esa). Nunca confesar lo que uno siente por otro: La penitencia, amor, debe cumplirse. Lo que siento por ti no tiene que ver con las apariencias de los gestos sin palabras ... Te dedicaré todas mis horas si te invaden estrellas de luz fatigada ... Tendremos paciencia porque el día llegará indisputable cuando sea oportuno ... Para que todo siga igual la palabra no debe interrumpir el silencio. Y como ahora sabemos que para no estar triste es mejor tener enemigos que amigos tendremos enemigos. Solo controlaremos los tiempos. Pero controlar los tiempos conlleva controlar las horas del reloj: Yo controlaré los tiempos y tú las horas del reloj. El reloj: tic, tac, tic ... Gracias.
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