La cultura no es en absoluto el fruto de las costumbres. De las costumbres suele venir el maltrato animal: Peleas de perros y gallos. Corridas de toros. Cetrerías. Y etcétera. Ojalá la mentalidad de la ciudadanía cambie para mejor, y nunca, y nunca es nunca llevar esas malas costumbres a las escuelas. A las escuelas se llevan libros. Los lectores no olvidamos la primera vez que un libro se adueñó de nuestro asombro. Todo comienza en la escuela. El asombro movimiento paciente del amanecer al nuevo día o la luz de variados matices al véspero. Un libro nos devuelve a un olvidado sabor a nosotros mismos. De Castilla un verso: "Esta noche ha llovido mañana hay barro". Esta noche también ha llovido en Les Seniaes y me lleva al pasado y a un rincón casi olvidado en la memoria con un orbayu apenas perceptible que cala hasta los huesos. Los niños son esponjas. No es meritorio el maestro que lleva a la escuela las malas costumbres. El maltrato animal que entra en las escuelas no es educación, es maltrato animal que entra en las escuelas. (El maltrato animal no debe entrar en la escuela. Y entra). Gracias.
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