"Virgen de la Amargura, devuélveme la vida, sin ti todo es usura, y noches perdidas". (Joaquín Sabina). Viene pues al caso el dicho popular: "se puede dar sin amar, pero no se puede amar sin dar", de manera qué, hay que echarle cuentas al amor sin condiciones para que no nos sintamos desahuciados. La solidaridad que fue ha de volver pues las cuentas no cuadran, los números no dan y los días pasan dejando preguntas sin respuestas... No sé si me explico, últimamente ando espeso de pensamiento. Perdón por la desesperación. La pandemia me hace demasiado daño. La necedad de los ausentes culpando a los demás para curarse en salud es una metáfora continuada. (Y me cuentan que hay países que no tienen dónde caerse muertos). En lo peor de la pandemia aparece la usura de las farmacéuticas haciendo con las vacunas lo mismo que hicieron con las mascarillas y los respiradores cuando todo lo malo comenzó. ("Londres dobla el pulso a Bruselas en la guerra de las vacunas". Las vacunas todas son de Boris Johnson. Y Úrsula von der Leyen dijo sí. Y la covid-19 siguió matando). Gracias.
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