Tropezando por la vida aprendí que no hay que mancar para enseñar ni sangrar para aprender. Aprender no está al alcance de todos, pues cuando uno cree saber el saber se alejó. Se alejó el saber con Eugenio que murió y no resucitó. Aprender de la experiencia, del horror. Dicen que nadie aprende de sus propios horrores. Aprender de la vida... ¿La sociedad es cabrona pero la vida es bella? Dicen de quien libró mil batallas y ninguna ganó... (¿lo cantó? "No". Entonces no perdió). Conviene no fiarse, cerciorarse, examinar por dónde pasó y si retuvo. Quien libró mil batallas y ninguna ganó no perdió, y si vive no murió y retiene. Y tan verdadero como que cada día sale el sol por el Este no defraudará su religión. Las cosas cuando vienen hay que aceptarlas y envejecer con ellas si traen consignas de libre acceso al amor. Por un tiempo hay que esperar y no dejarse llevar. ¿Esperar y volver a vivir la misma queja con llanto? No hay razones ni locuras pertinentes. Quién libró mil batallas y ninguna ganó... ¿Vive o murió? Un muerto boca abajo si respira tarde o temprano alguien dirá que vive y no murió. Gracias.
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