Primero los derechos fundamentales: sanidad, dependencia, educación, trabajo y etcétera. Luego los políticos y el Ibex 35.
Un viernes de mercado la disculpa tiene que ver con la vida indiferente que vivimos. Cumplimos expectativas ajenas. Nunca fuimos así. Son expectativas ajenas y no sabemos quiénes son sus dueños ni cuáles sus intereses. Algunos los acabamos de conocer y nos entregamos a ellos con ánimo escapista. Lo bueno por conocer es peor, son caminantes y como vinieron se van. Como si nos fuera la vida en ello no torcemos el brazo. Entonces nos damos cuenta que estamos solos, muy solos. Huimos del amor contrariado, del amor que siempre queda. Huimos sin importar que vinimos a este mundo a amar y nunca odiar. El problema somos nosotros mismos y son muchas las sombras, además de la pandemia que pone en peligro la vida. Si hablara de política y no de amor, culparía al fascismo que desgraciadamente está clavado en el alma de los que siempre pierden. Los amigos empresarios de Rajoy y sus alumnos más aventajados se han apropiado de los derechos laborales y el PSE sin la "O" es la condena y el partido del "irrepetible" la liberación. (Ojalá y que el CIS y yo nos equivoquemos). Gracias.
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