lunes, 29 de abril de 2019

Yo también pienso en España.

"Soy amigo de Platón pero más aún soy amigo de la verdad". Aristóteles.

A los pensionistas, como a los políticos, nos encanta tener la verdad de parte (aunque sea mentira). Y para convencer a los incrédulos la defendemos por encima de otras verdades. Triste tener que defender nuestras verdades si no nos convencen a nosotros mismos. La verdad que no pueda coexistir con otra verdad, ¡uh!. Nombro a los pensionistas y a los políticos y no tenemos ni punto de comparación: de los pensionistas vive el 22% de la población y de los políticos vive... ¡Cómo viven los políticos!. Ayer, después del recuento de votos y elegido el partido político y su líder concebido a trancas y barrancas para la ocasión la verdad que no convence apenas importa, importa la advertencia que pasa inadvertida: votantes, ténganse miedo.

Hay verdades que nacen muertas y no tienen sustitutas. Y a pesar de saber que el cementerio está sobrado de verdades no hay manera... el fariseísmo es nuestra bandera. Sería una gracia que se juntaran en la misma sepultura todas las verdades incluidas las entreveradas y con ellas los petulantes que las defendieron hasta la muerte. Insistimos con nuestras verdades y a pesar de que otras verdades nos dejen en evidencia... Lástima. Ojalá y que el próximo presidente aunque sea el mismo no haga bueno al anterior... Resumen de urgencia: pita la cafetera y un café y unas pastas de té... Mañana vuelvo. Gracias.

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