La existencia real y la gramática eligen a personas sino extrañas singulares para que se expresen si en realidad tienen algo que cantar y no se lo cantan ni a sí mismas. Si yo fuera un tipo desquiciador escribiría un libro de autoayuda para salvar de la locura (amor, me viene al teclado la locura y pienso en ti, en lo que pudo ser, en la oquedad de todos tus días. Tus ojos y tus oídos no están abiertos a la realidad) a quienes no saben a quién votar, según las encuestas el 40%. ¿Se puede confiar el gobierno de España a quien le importa un carajo quien gane o pierda las elecciones? Las derechas quieren que no ganen las izquierdas y viceversa. "Quítate tu pa´ponerme yo". Y sin embargo, el voto importa tanto como el latido del corazón que nos da vida. La mayoría de votantes se conforman con lo que la aritmética del recuento de votos diga. A fin de cuentas, las mecedoras de sus señorías tendrán su nombre... Para la ciudadanía serán políticos meciéndose a la espera de votar lo que diga una mano culpable desde la segunda fila de su grupo parlamentario. Los dueños de los partidos políticos desprecian a los votantes. Pero y qué lástima que los votantes no sean también militantes... Militantes ciudadanos, quiero decir. Gracias.
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