Si confiaras en mí, si me leyeras, o
simplemente aceptaras tu verdad con todas las consecuencias, ay, pero no es tu estilo contrastar otras verdades. Son influencias ajenas
las que te encadenan. Es de conocimiento público que solo la
ingratitud merece quien perdona a sus mejores amigos, politicastros
incluidos: El saludo no se niega.
Melancolía por la
amiga ida, y añado la grandeza de la amistad relegada al plano del interés racional que se atribuye al pensamiento infame. La política, no me canso. La política tiene que ver con la moral y los intereses generales, pero la política para ella es un estado de gracia que tiene concepción de naturaleza egoísta al preocuparle exclusivamente sus asuntos al margen del buen gobierno. Comprendo cuan difícil es aceptar la verdad después de tanto esfuerzo en
crear una realidad paralela como si fueras Puigdemont. Para qué tanto esfuerzo si eres incapaz
de crear un discurso vehemente. Si confiaras en mí, si me leyeras, insuflarías amor a tu colindancia y gozarías de sus mieles. Te sentirías como esos enamorados en el atardecer que emerge cuando de sus ojos las miradas se cruzan imponentes. Gracias.
Bien visto ...
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