jueves, 19 de octubre de 2017

El rosa es el color de moda hoy y siempre.

Día Mundial Contra el Cáncer de Mama.

El cáncer de mama es una enfermedad común, un trauma, una maldición, una locura. El cáncer de mama, y no hay que darle más vueltas, aparece porque sí y eso es todo. Un día llama a la puerta y sin pedir permiso pasa y se queda como un amigo gorrón. Cada cáncer tiene su propia cualidad maligna. Lo cierto es que el cáncer cambia la vida de la mujer y se ve obligada a hacer un paréntesis en su cotidianidad. El relato tiene dos protagonistas: la mujer y el propio cáncer desde el momento que el cirujano lo confirma luego de infinitas pruebas que atentan contra la capacidad física y síquica de la mujer. Y ahí da comienzo la guerra contra el cáncer. Una guerra a muerte, solo uno puede quedar con vida. Un drama. Hay cielo pero también hay infierno. La noticia es un dolor. El cáncer cambian el carácter, el rostro y el comportamiento que tantas veces va acompañado de ira de la peor. No importa nada ni nadie, a veces ni la propia vida. No existe una mujer que al conocerse enferma de cáncer de mama no se rompa. Y sin saber tiene que redefinir sus prioridades para recomponerse. De repente se le cae el mundo encima. Una nueva vida desea que una mujer se enfrente al maligno con todas sus fuerzas. Y se para el reloj (tac). Para dar paso a la quimioterapia y la radioterapia y parece que se abren las puertas del desahucio, pero una mujer aguanta y aguanta y un día el reloj echa a andar (tic) y el cáncer de mama muere. Una mujer ha ganado la guerra sino la vida, es una verdadera heroína. Solo quedan las secuelas, esos daños colaterales que llevan a una mujer a pensar que todo sigue igual, que el antes y el después es lo mismo. El nunca acabar. Sin embargo, una mujer además de heroína es humana y se da cuenta que el cáncer de mama puede ser una experiencia positiva al procurar sensaciones que nunca había sentido. Después de un trauma se da valor a las cosas insignificantes. Una mujer renace y vuelve al amor en su plenitud. Una mujer, una heroína, se llega a encontrar más cerca que siempre de la felicidad sin matices.

¿Tú me llamas muerte sin saber que mi alma es inmortal?

El cáncer de mama es una enfermedad común, un trauma, una maldición, una locura. El cáncer de mama se vuelve enrevesado al paso del tiempo y no valen consejos ajenos, cada mujer vive su propia experiencia en la intimidad de su alma y su familia. La familia. Entre el diagnóstico y la sanación hay incertidumbres, silencios, incapacidades que ataranta los sentidos. En este periodo de tiempo la Fe es fundamental, pues es sabido que sin Fe no hay Esperanza. Y Santa Poesía en las venas, pues no dejará de haber un poema que explique cómo es posible volver sin haberse ido. A pesar de los pesares, las enfermedades y otros descuidos merece la pena vivir. ¿Verdad que sí, Amor?

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