Con su muñeca de trapo se la ve cada mañana pegada a su nostalgia; triste de morir, con la intención de ponerse al mundo por
montera. Triste pretender ganar el favor de la gente, muy triste. Así no se gana un carajo enemistado con los años. Los años
matan antes de que avisen al enterrador. Pero qué triste.
Hay que volar, volemos pues,
volar alto sin miedo, y sin dejar de tener los pies en el suelo. Es fácil y no; solo no, así no: escucha, deja el mundo
que vaya a su antojo con su montera y vive, mientras puedas vive. "Morir, morir... Morir no es nada. Empieza pues por vivir. Es
más divertido y más largo". Jean Anouilh.
Tenemos memoria, tenemos amores y
desamores, tenemos incluso lo que no queremos tener. Ser
mejor persona es la clave porque solos no alcanzaremos
la paz de alma. La tristeza
es la muerte si la alimenta el éxito. Una semana de congresos políticos confirman los peores
presagios: se puede morir y seguir vivo. El sacrificio de los
perdedores es la disciplina. Uno gana y pierden los demás que son todos. Unidad, unidad, qué estupidez. Alguien tiene que ser el líder que cante las
cuarenta. Los poetas saben, y un quijote que antepone sus ideales, como el héroe cervantino, de forma comprometida en defensa de causas que considera justas sabe más de lo
que cuenta.
Yo, apostaría por la primavera, daría por perdido lo que queda de
invierno y apostaría por la primavera. Ordenaría mi vida y resolvería mis asuntos que en parte son de otros. Una
mente, por desordenada, sabe que obrar sin valorar las
consecuencias es la muerte. Las consecuencias (recuerda), no tienen un patrón de
conducta, son impredecibles por inesperadas.
Ya te digo, la tristeza. Qué triste, dice Flor de María. Gracias... (de nada).
Muy interesante...
ResponderEliminarHola tú ¿Leíste El Ícaro en plenilunio?
ResponderEliminarClaro. Beso.
ResponderEliminarSalud.
Perfecto. ¿Te gustó?
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