miércoles, 15 de febrero de 2017

Felicidades de cumpleaños.

Y yo descuidando besos y caricias. Dejando descalzo un amor y otro más. La vida te da y la vida te quita. Hablo de la memoria. El teléfono móvil que me regaló mi esposa me acaba de enviar un mensaje de texto diciéndome que revise en mi memoria el día de hoy por si encuentro algo que merezca la pena recordar. Estos teléfonos móviles modernos nos harán más burros y confiados. Hoy es el cumpleaños de Ian y ayer fue el de Patricia. Lo sabía y estaba en ello.

Llevo intentando recordar el día de ayer y el de hoy con palabras que digan más que los hechos y se niegan. Quería recordar con palabras de amor el nacimiento de Patricia ayer y hoy el de Ian y se niegan: dicen no en mi cabeza una y otra vez. Me aturden las palabras que se niegan, cuando más sin son palabras de amor. Las palabras de amor son exclusivas y crecen donde nacen, en el corazón de los poetas. Los mortales podemos regalar joyas y diamantes pero no escribir palabras de amor que digan más que los hechos. A veces lo cotidiano destierra los pensamientos de amor y dejan la mente a merced de la incertidumbre. Son pensamientos reales, no sentimientos. A Eros le gusta aparentar en la abundancia ¿verdad que dije joyas y diamantes? Vivimos el mundo de las apariencias y la abundancia; solo los poetas encarnan las vivencias más sublimes y brindan por ellas. Vivencias tantas veces por vivir. Palabras ambiguas de poetas. Palabras que se niegan a los mortales cuando más se necesitan. Valdrá entonces recordar el día con un beso de amor y un abrazo muy largo. Si las palabras de amor se niegan que les den morcilla. Eso.

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