El asunto viene a cuento porque las
noticias que me llegan no son buenas ni son malas... Son desafíos que
tienen la importancia que se les quiera dar... Cada cual en su opinión
es libre de anunciar como si es la resurrección de algún muerto: allá cada cual.
Libre los quiere Dios de amores penitentes que no se conforman con
ganar sino que, además, quieren tomar el cielo por asalto como diría Pablo Iglesias de Podemos... Pablo Iglesias ya no es el Pablo Iglesias de antes... ni lo nuestro es
algo que merezca la pena conservar. Nada es como antes. Y qué bueno, porque no creo que
nos quede una pizca de credibilidad. Cada uno a lo suyo, porque cada
uno tiene el favor de los suyos. Un día llegará la primavera y
tal vez las mariposas vuelvan a volar libres y con ellas las musas
nos digan si merece la pena el amor sin poesía. Y la pobreza de amor, desamor, y también, si como antes, los sin techo podrán luchar por la vida que les robaron. El amor sin esperanza huele a filosofía rancia: así
no se construye una relación; cada cual en su
lugar y sin excesos, sin sospechas ni injerencias: No todo son
buenas ni malas noticias... Otro día hablaremos de amor y tal vez podamos explicarnos mejor, de momento, y mientras llegue ese día... Quien vive sin pensar es un títere de feria y no
puede decir que ha vivido. O peor, que el olvido se ha hecho dueño de su existencia. Gracias... (de nada).
Qué tristeza.
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