Escucho a Rajoy y vamos bien y escucho
a la oposición y vamos mal y muy mal. Es la política. Y los
ciudadanos nos tenemos que morir. O conformar y vivir. Y malvivir. Sobre todo malvivir. ¿A quién importan las encuestas de políticos más valorados? ¿Valorados por quién? ¿Y por qué ganan los que no se presentan a las elecciones o no gobernarán aunque se presenten? ¡A la mierda!. No nos interesan esas encuestas ni las otras cocinadas de creación de
empleo por horas, días, semanas y salarios que no llegan a fin de mes. Un salario que no llega a fin de mes no es un salario. No vale el salario mínimo,
ni vale un salario social. Nadie quiere un salario de tramitación. Queremos trabajar por un salario digno que llegue a fin de mes. No queremos subvenciones ni esas ayudas familiares. No queremos mendigar. Queremos trabajar. Que lo sepan los políticos mejor valorados y los que nos gobiernas que todos y todas viven en
un universo peleando por sus propios intereses y no los del pueblo. El pueblo. El pueblo pasa grandes necesidades. Hay quienes pasan frío. Hay quienes tienen un futuro tan, tan
negro que no saben si su alma atormentada aguantará. Nos adaptamos a los nuevos tiempos, nos transmutamos, y sin embargo, a causa de los dueños de los partidos políticos y las corruptelas de unos y otras no crecemos. Queremos vivir y no formar parte de sinfonías de
almas camino de la salvación discipulado por un líder político oligarca.
(Ni en mis peores pesadillas creí que volvería a levantar el puño).
Gracias... (de nada).
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