En el Día Mundial contra el cáncer todos y todas somos
factor de riesgo.
Para la Organización Mundial de la Salud, (OMS), factor de riesgo
es (copio y pego): "cualquier rasgo, característica o exposición de un
individuo que aumente su probabilidad de sufrir una enfermedad o una lesión. Entre los factores de riesgo más importantes cabe destacar la insuficiencia ponderal, la hipertensión, el consumo de
tabaco y alcohol, el agua insalubre, las deficiencias del
saneamiento y la falta de higiene". Somos nuestros peores enemigos.
Los que saben consideran que la medicina
de precisión es una de las líneas estratégicas para combatir el
cáncer, así como cambiar de hábitos. Josep Tabernero, director del Vall d'Hebron, Instituto de
Oncología, en entrevista a El País: "Cambiando los
hábitos se podrían reducir el 40% los tumores". Lo dice un experto y nos debiera
hacer reflexionar: El cáncer MATA. No valen disculpas de mala pagadora. Y como mata es asunto mayor que debemos
tomar en serio. Si una copa sobra para conducir, un
cigarro no hace más digestiva la comida, ni "un café copa y puro". ¿Pero qué chiste es ese? Una
comida de por sí es nociva para la salud: comemos mucho y mal. Ya no valen los paños
calientes. Y ya le vale al Hospital de la Ribera con que escriba un
comentario esperanzador acerca del cáncer... El cáncer MATA. Al pan pan y al vino vino. Vale
que nos tenemos que morir, pero de ahí a que llamemos al maligno que
nos corre prisa... Y no vale llamar "enfermedad larga y
dolorosa al cáncer". Disimulamos
su nombre y clamamos al cielo en busca de un culpable. En el amor no
hay culpables, tampoco en el cáncer como enfermedad, pero algunos y
algunas somos o fuimos un poco descuidados y demasiado ilusos. Insisto. El cáncer MATA. Gracias... (de nada).
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