lunes, 21 de noviembre de 2016

Luis Felipe Vivanco.

Cansado de palabras.

                                                                   A Camilo José Celá.

Cansado de palabras (y también de silencios).
Cansado de evidencias (y también de misterios).
Tu horizonte está lejos, y en él cada simiente
viva, cada minuto sensible de distancias.

¡Qué bien estás, Señor, alrededor de cada pueblo!.
Tú, ¡qué bien! , ¡y qué bien yo, si una tarde nos une
con rojas arenarias y botones azules,
y una yunta, y un perro que ladra, y algún pájaro!.
¡Qué bien se está, Señor, con distancias de campo pujanza
y colores activos levemente ondulando!.
¡Qué bien se está, Señor, y qué poco hace falta!.
(Las casas, tan pegadas a la tierra, y la entrega, tan alta).

Cansado de ser otro (tal vez de ser yo mismo),
me entregaré a las cosas que no ambiciona nadie
para ignorar con ellas, libre de otros dominios.
Solo tuya, Señor, la realidad del mundo
(y la palabra viva que se acerca y reduce
su exceso de conciencia para ser algo tuyo).

Cansado de lecciones (y de imaginaciones),
quiero andar por la vía del tren, por el paisaje
que se opone a los sitios pintorescos, se aleja
del pueblo sin más bienes que su cielo y su fuerza.
Allí he crecido en años de secreto abandono
que fueron las raíces de un ramaje sonoro.
Y allí Tú te abandonas a tu mejor pobreza.

Luis Felipe Vivanco, poeta, falleció el 21 de noviembre de 1975.

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