miércoles, 6 de abril de 2016

Un gin tonic por un gobierno.

Pablo Iglesias tomará un gin tonic con Pedro Sánchez si logra un acuerdo de gobierno. Eso está bien si lo paga Podemos o Pablo Iglesias, o el PSOE o Pedro Sánchez. O el PP, nunca se sabe. 

Un celebración es amena. A mí me gustaba. Incluso cuando no tenía nada que celebrar tomaba un gin tonic. Ay, me pierden las apariencias, como buen asturiano era más de celebraciones de espichas con sidra y pinchos de bacalao y tortilla y huevos cocidos. Y antes, porque ahora no puedo beber alcohol o no me dejan. Supongo que tiene que ver con mi mente absurda... Si digo gin tonic y le doy importancia no es por Pablo Iglesias, sino por Juanjo Millás, es recurso preciado en sus chismes diarios: "En la barra de un bar con mi gin tonic de media tarde y el oído pegado a la mesa de al lado una señora...". La envidia cochina me corroe por el talento de Juan José Millás. A sus pies.

Una celebración para cada ocasión que merezca la pena al conducir a un propósito común. El asunto que hoy me obliga a escribir en de soslayo, es el cacareado pacto de gobierno progresivo. El gin tonic lo tomaría Pablo Iglesias, a Pedro Sánchez lo imagino consultando a Susana Díaz y al comité federal si un gin tonic o un café descafeinado. En otros tiempos Pablo iglesias también consultaba a las bases de su partido, pero corre el tiempo y ve más ágil despedir a los compañeros desobedientes y tomar él mismo el mando de las negociaciones. Bien está, ¿qué tanto consultar y qué porras con chocolate?

No es fácil llegar a pactos si luego tienes que poner de acuerdo a medio millón de afiliados sobre los acuerdos que acordaste. Los votantes votaron a los políticos para que se entendieran y ya está. Aquí paz y después ya llegará Ángela Merkel con la rebaja. Quiero decir que pueden pactar lo que quieran y asumir los compromisos que les venga en gana, a fin de cuentas, la coyuntura histórica la marcará la Canciller Ángela Merkel. Pobres ilusos, no se han dado cuenta que los pactos a los que lleguen serán de baja intensidad. Es lo que ocurre en países de alto riesgo. Por cierto, ayer, entre los históricos datos de creación de empleo figura mi esposa con nombre y apellidos. Con dos días, solo dos, contribuye a los excelentes resultados de marzo y contribuirá a los de abril. Trabajó un día de marzo y otro de abril. Quien no se conforma es porque no quiere. Y quien no tenga un motivo que celebrar para una decisión tomada de antemano lo mismo. No se fíen de los políticos que votaron, siempre lo digo. Sean felices.

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