jueves, 21 de abril de 2016

Me declaro culpable.

Estoy pensado seriamente dejar de escribir. Creo que mi carrera de escritor pudiera estar llegando a su fin. No me explico. Volvería a mis orígenes (los que hayan sido), pero antes de irme pediría disculpas a una amiga por los malos momentos que la he hecho pasar sin merecerlo: "lo siento, me he equivocado, y no lo volveré a hacer más" (abdicaría por ti pero soy republicano). Ahora quisiera saludar el porvenir frente a la tumba del pasado justo al lado del sepulcro de los desmemoriados. Imagino que todo está escrito y sobradamente debatido.

Nunca pretendí inventar el amor, ni enseñar a besar con el agua tibia a los pies. Tampoco contratar al asesino en serie con el que de cuando en vez amenazo. El caso es que presiento que con el tiempo me he vuelto pedante al haber escrito el día con nuevos amaneceres que no fueron tan reales ni verdad. El día que vivo no es ni de lejos el que escribo. Pedantería tiene su origen en la misma etimología griega que las voces cultas referido a la gente que por indeclinable vocación a las letras se aplica al cultivo de ellas (pedagogía) y halla su igual en el espíritu pedante. Pues bien, sin pecar de presuntuoso, diría que he descubierto sin riesgo a equivocarme un rasgo notable del pedante que paso a aclarar brevemente:

El rasgo que creo haber advertido en el espíritu pedante es que se entrega a pontificar todo lo que hace al mismo tiempo que despotrica a cuantos no comparten lo que él entiende como pensador profundo y escultural. (Con razón el insigne Azorín decía que la sinceridad cuesta mucho).

Hay teorías que se pueden aplicar con garantía para cuidar la credibilidad de un escritor, y entre todas, definitivamente descuella la de hacer creer al lector que la pedantería no encarece el estilo literario ni engalana la personalidad moral de nadie. Platón dijo: “El hombre que no arriesga nada por sus ideas, o no valen nada sus ideas o no vale nada el hombre”.

2 comentarios:

  1. Cualquiera sabe que a menos que te mueras -toco madera- nunca dejarás de escriibir. Admítelo. Para ti escribir es respirar.

    Beso

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