jueves, 14 de abril de 2016

La farmacéutica del pueblo de Patricia. Y yo.

Por el Día del Padre mis hijas me regalaron unos zapatos de moda y me vienen genial. Tengo percha y me quedan estupendos cualquier clase de zapatos y otras prendas de vestir. Sin embargo los zapatos me hacen daño y uno es de los de antes que salían de casa lloviendo y sin paraguas. Una cosa es que te coja la lluvia fuera de casa y otra que salgas de casa lloviendo y sin paraguas. Quedamos pocos. 

No puedo soportar el daño que me hacen los zapatos desde el Día del Padre. A escasas fechas del Día de la Madre me salió una angüeña en el pié de mucho dolor. Apenas puedo andar. -¿Y por qué no vas a la farmacia? -No sé. Como soy obediente fui, y al preguntar la farmacéutica ¿qué me dolía? Le respondí el alma y la angüeña del pie pero hoy solo venía por lo de la angüeña. La farmacéutica estupefaciente no pudo contener la risa por mi manera de decir. Soy de Asturias, soy asturiano y en Bable es angüeña, en valenciano no sé y en castellano ojo de gallo; de mi boca salió angüeña. El dolor tiene memoria. No me importa que se ría de mí me importa el dolor, entonces fui en busca de Patricia y le pedí por favor... La farmacéutica: "Antes vino tu padre dijo algo muy extraño que me hizo reír y se fue". Patricia: "Sí, era mi padre. A veces le resulta difícil explicarse". 

Puedo cambiar, aprender de mis errores, pero si espera que aprenda y le pida un "Apósito hidrocaloide para los ojos de gallo". Qué apósito hidrocaloide si en mi vida. Vivir es difícil, tanto o más que morir. En la farmacia hay una báscula que pesa y te dice lo que debes comer y no para tener una vida saludable. ¿En una patria de lenguas múltiples por qué no inventan una máquina que traduzca simultáneamente? Mis tiempos son otros, son tiempos de salir de casa sin paraguas. Si fuera capaz de hacer lo que debo podría sufrir menos o llegar a hacer lo que quiero. Seguro que es mucho más de lo que logré en la vida negando la evidencia. No obstante, es mi "modus vivendi". Quiero decir que me gano la vida por ser de esta y otra manera según amanece. Y Hacienda lo sabe. No como otros y otras ingenieros fiscales que engañan a Montoro. A Montoro no le engaña ni Aznar. Ojo, no digo Soria digo Aznar.

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