viernes, 22 de abril de 2016

Confusión mental.

Desanimado ayer por mis meteduras de pata de banco, valoraba dejar de escribir. Y no. El cuento viene al caso porque mi mente desordenada me impide escribir claro, cada vez escribo más confundido y no me explico: hago daño a gente que me quiere y quiero. Hoy, más tranquilo y reflexivo, creo que ocurre por escribir el día que me gustaría vivir y no el que vivo. Pienso que no sería bueno que alguien en un descuido entre en de soslayo y encuentre un mal imitador de Carlos Gardel y el tango más tristón de su discografía. En nuestra cotidianidad hay suficiente dolor latente. Sin embargo, también es malo porque me olvido de lo bueno que tiene su origen en lo malo. Y dale a la tecla de la confusión.

Hablo de mí para decir que días atrás me volví a ir sin irme y el aterrizaje fue forzoso e incontrolado: no me partí la crisma de milagro. Asustada mi esposa, cada vez más asustada mi esposa porque son más frecuentes mis idas y venidas, con miedo en el cuerpo (la sensación ha de ser terrorífica que me vaya y al rato aterrice de mala manera ensangrentado) se lo contó a una y otro sin yo saber. Y una por la calle y otro por teléfono se interesaron por mi salud y no estuve a la altura. Tuve la sensación que me daban el pésame. Mis amaneceres no son tan estupendos. No acepto la realidad que me toca vivir y no hago demasiado para humanizar los sentimientos. Vivo una permanente mentira. Les pediría perdón por mi comportamiento desagradable, pero es tarde y tampoco sé cómo ponerme en contacto con ellos. Ella se llama Mari Sales y él Paco. Gracias sinceras, amigos.

Doy demasiadas vueltas a las cosas, las entrampo como esos malos políticos y me olvido del humano que soy. En franco desafío contra mí mismo no debiera mirarme al espejo con las ideas preconcebidas y esquematizadas. Estoy, no digo que no, pero cuando debo estar no estoy. Estaba cuando dos amigos mostraron interés por mi salud e imaginé que me daban el pésame. Quizá mi esposa me deba colgar el cartel: Vuelvo en 5 minutos. Disculpen las molestias.

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