El no saber reparar la ignominia no es el problema, el problema es no importar el daño que se está haciendo y mantenerse quieto empeorando las cosas: nada es para siempre. (Y aparecieron los ataques de pánico...). Tenemos fe, cada cual tiene sus santas, su musa, cada cual tiene en quien creer y eso es todo. ¿Y si no lo es? Cada cual es dueño de sus actos, y, "por sus hechos, los conoceréis", según Mateo. ¿A qué esperamos para cambiar las cosas? (... y la somatizaron y apenas entra el sol en su vida). Politiquería rastrera. ¿La mano derecha no sabe lo que hace la izquierda? Una supuesta buena persona prometió la sanación de una mente fracturada. Romper una promesa política se viene haciendo desde que hay democracia. Una promesa vale lo que cuesta arrepentirse en el rosario de las cinco. A pesar de saber que, quien es tentado a no pensar, sucumbe a la duda. Cuando no se cumple una promesa, se obstaculiza el debate sobre la reciprocidad. Volveremos con el tema, pero créanme, este país no honra a sus muertos... (Vivir el odio que heredamos es una torpeza sin nombre). Gracias.
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