jueves, 17 de agosto de 2023

La palabra (y dos).

Vuelvo con la palabra. La palabra es por naturaleza multifacética y motivacional, se reviste así de una importancia que no es exclusivamente comunicativa. Es indicadora de aspectos determinantes en cuanto a la cotidianidad de la amalgama que las expresiones humanas manifiestan. La palabra se oculta entre líneas, le gusta disimular, insinuar, es capaz de decir sin decir, es malintencionada: es mortal. Aunque dicen que tiene la capacidad de volver a la vida a las personas. Se trata entonces de la manera de utilizarla. Es la naturaleza objetiva de las formas de hablar como un campo vital, no simplemente de forma. La palabra cobra trascendencia llamativa de urgencia concreta, quizá de líder social. Su altivez y gallardía reclama atención por los elementos que desde el mismo se advierten en esa etapa de aconteceres sociales, porque es ética. Es orden y mando. El mal uso de la palabra puede acarrear perjuicios no solo estrictamente formales, sino de contenido especialmente moral y de forma global relacionado con lo bueno y lo malo. (Sigo de vacaciones y soy lo más parecido a un queso gruyer). Gracias.

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