sábado, 19 de agosto de 2023

La apatía se está quedando conmigo.

Amanezco pegado a la palabra. Me pongo a escribir y vuelta y dale con la palabra. La palabra siempre tiene algo que decir, algo que explicar, algo que cantar. Algo que lamentar. No llevo bien la palabra escrita tumbado en la hamaca vuelta y vuelta. Y más después de haber sufrido tanta hipocresía política en el Congreso de los Diputados. Uno de vacaciones multiplica de manera exponencial la fuente de conocimiento a través de los libros y los medios y se me ha disparado la ansiedad al estar informado más de lo que mi mente absurda es capaz de procesar. El porqué suceden cosas en vacaciones es complemento necesario para la sobrevivencia de mi cuerpo y mente. Y si no estoy de vacaciones igual. Qué tontería. Aunque no sea tema de debate, de contrastar opiniones, pues estoy más solo que la una. Cada cual va a lo suyo y yo les importo nada (tampoco ellos a mí, no lo niego. Hablo de la familia, por lo tanto no estoy haciendo amigos, no se llamen a desengaño). En fin, se me ha disparado la ansiedad entre tanto pino y tanta piscina y si esto no termina acabaré dando más en loco. Si cabe. Gracias.

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